Esclavitud mediante Contrato.

Estamos atrapados en una forma inimaginable de magia negra. No solo en el
sentido literal de dicho sustantivo («arte o ciencia oculta con que se pretende
producir, valiéndose de ciertos actos o palabras, o con la intervención de seres
imaginables, resultados contrarios a las leyes naturales», diccionario de la R.A.E.,
23ª edición), sino en el negro sobre blanco de los impresos burócraticos que
constituyen una cárcel de tinta infinitamente más eficaz que la de hierro y hormigón
… porque a esta somos conducidos a la fuerza, mientras que en aquélla entramos
por nuestra propia voluntad.
Los controladores de este mundo han urdido el mayor de los engaños, manipulando a la
mayoría de las personas hasta hacerlas renunciar a sus derechos naturales sin siquiera
violar un libre albedrío que es sagrado en el más literal de los significados.
La herramienta básica de esta magia es la manipulación del lenguaje, una manipulación
de la que la inmensa mayoría de la humanidad no es consciente y que vamos a analizar
con detenimiento. Porque el lenguaje, sencillamente, programa nuestra mente, y define la
caverna platónica en que habitamos, es decir, la única realidad que nos resulta admisible.
Ignoramos por completo qué escapatoria existe.
Nadie nos dijo que teníamos una alternativa al sometimiento, por lo que la información
que comparto a continuación es de obligada lectura para todo el que aspire a una libertad
que las reglas del juego en que participamos hacen imposible.
Comencemos por lo que otorga toda su eficacia a la cárcel de papel que nos asfixia: el
permiso que otorgamos para nuestra propia esclavitud, el CON-SENTIMIENTO. Nótese
en seguida que el prefijo «con» indica siempre algo negativo, una pérdida, restricción o
negación.
«Pro» es positivo y «con» es negativo. Así, las palabras: «pros» y «contras».
Dos de las palabras más incomprendidas que existen en todo nuestro «mundo» son:
contrato
consentimiento
Son palabras incomprendidas porque no quieren decir en modo alguno lo que pensamos
que significan, y son utilizados de una manera que la mayoría apenas puede comprender.
De hecho, los conceptos que describen las palabras son las principales líneas del
«sistema operativo», las dos mayores ESTAFAS de nuestro mundo (en realidad, de un
mundo que ya no podemos llamar «nuestro»).
La razón por las que a las personas que han alcanzado el estado de iluminación no les
gusta usar contratos cuando interactúan con otros es que los contratos son a sus ojos
(ojos para los que Maya, la Ilusión, no tiene ya ningún poder) … ¡Hechizos de Magia!
(para entender el sentido en que debemos entender aquí el término «magia» remito al
lector a esta entrada)
Como he señalado antes, el prefijo «con» define una negativa.
Por lo tanto, un contrato, es una manera negativa de imponer restricciones y un «límite» a
las opciones y elecciones de otros seres humanos vivos, reduciendo la eficacia de su libre
voluntad, y luego de forma «sobrenatural» VINCULARLOS a ese límite, al conseguir una
firma del ellos, ¡que es la «marca» de su consentimiento para ese vínculo sobrenatural!
Permítanme repetir esto:
Una firma (sello) es la «marca» de su consentimiento para un acuerdo sobrenatural!
Su firma es la «marca de la bestia» bíblica, porque encarcela y esclaviza a la persona que
la usa de una manera que no entienden.
Signet (sello)
Sustantivo
1. un pequeño sello, como en un anillo de dedo.
2. un pequeño sello oficial depara documentos legales, contratos, etc.
3. una estampación hecha con o como un sello.
La mayoría de los hechizos mágicos funcionan en niveles que son no-físicos.
Los hombres y mujeres que están operando entre bastidores detrás del escenario mundial
son en verdad Magos Negros practicando Magia Secreta
Algunos los llaman el CABAL, y otros los llaman los Illuminati. Cualquiera que sea su
denominación, ellos están muy bien entrenados en estos asuntos y saben mucho de este
tipo de conocimiento esotérico, que se enseña en las escuelas de misterios como una
forma de magia negra
El único verdadero propósito de un contrato -el propósito oculto- es limitar y obligar a la
persona a entrar en él. Los contratos son herramientas oscuras debido a que su principal
objetivo, además de limitar y vincular es eliminar la LIBRE VOLUNTAD, que es el don
sagrado con que cada uno de nosotros ha venido a este mundo.
El libre albedrío es un poder extraordinario que nadie nos puede arrebatar … a no ser que
renunciemos a él. El libre albedrío es el extremo de un sutil lazo que nos conecta con el
ser espiritual. Las leyendas y mitos que hablan de vender el alma al diablo simbolizan en
realida la cesión de ese don a los poderes oscuros. La gente está vendiendo su más
preciada posesión continuamente, aceptando baratijas a cambio del don más preciado
que tenemos.
Pensemos en todos los hombres y mujeres que hacen cola para unirse por «contrato» al
ejército, donde entregan, con su libre «consentimiento», su derecho a tomar decisiones por
sí mismos.
Con el LIBRE ALBEDRÍO anulado, se les puede «ordenar» que vayan a la batalla, e
incluso a su muerte física. ¡Guauu! – esa alma acaba de perderlo todo, incluso lo que era
un regalo más precioso, la vida misma.
Así pues, aquellos seres humanos que firman contratos, entran en un hechizo de magia
negra que anula su propia voluntad.
Ni el propio Creador puede castigar a los que lanzaron el hechizo, o salvar a quien lo
suscribió, porque su libre albedrío no le fue arrebatado: usted eligió entregarlo, sin duda
engañado, pero eso es otro tema a discutir un poco más tarde (tampoco la ignorancia de
la Ley Cósmica nos exime de su cumplimiento). Lo más importante para saber en este
momento es que mediante la firma de cualquier contrato, usted da su consentimiento para
ser atado por arte de magia de una manera que nunca imaginó.
Vamos a investigar cómo funciona esto.
En todo contrato se manifiesta una palabra mágica, cuyo poder simbólico impide a los
seres de ir en contra de lo que acordaron cuando entraron en el hechizo/contrato.
¿Cuántos de nosotros nos damos cuenta de la geometría sagrada de nuestro alfabeto?
¿Cuántos de nosotros entendemos que la colocación de ciertas palabras y frases en un
orden específico hace que la geometría sagrada se produzca?
Piense en la fórmula bajo la cual se le comunican sus derechos a un detenido: Do you
under-stand? («¿Comprende usted?»). En realidad, las dos últimas palabras han cambiado
su lugar respecto a lo que se le está diciendo a la persona, que es Do you stand-under?
(«¿Se subordina/somete usted?»). Asentir a dicha fórmula mágica implica que uno acepta
el contrato verbal que, subrepticiamente, se le está proponiendo. A partir de ese momento
ha renunciado a su propia soberanía para caer bajo los arcanos de un sistema para él
incomprensible. Un sistema que le anula como sujeto libre, en el que sus derechos
inalienables son ya solo meras con-cesiones que -CONdescendientemente, como cesión
que le minimiza, le hace «descender» de su dignidad de humano- le otorga el Sistema.
Solo un Mago Negro Oculto se daría cuenta del truco. Pero no es más que un ejemplo de
los resortes que las élites situadas en la parte superior de la Estructura de Control del
Mundo utilizan contra nosotros.
Hay muchas maneras de describir este fenómeno, pero los que lo usan, lo llaman
«palabra mágica», o «balbuceo» (babel de la antigua Babilonia) y los abogados que apoyan
la magia negra «sobrenatural» de los contratos, trabajando con ellos, simplemente lo
llaman «jerga legal».
Es muy dudoso que ningún abogado pueda afirmar que «en el fondo» ignora que está
pasando aquí. Escriben contratos y negocian con ellos diariamente.
Ellos conocen las palabras específicas a usar porque se les ha enseñado a escribir
contratos y hacerlos eficaces. Saben qué palabras especiales llevan significados dobles y
hasta triples, y que la disposición de las palabras puede resultar engañosa, que es la
razón por la que las utilizan.
Ahora, SI la intención del contrato no era para vincular, limitar y reducir al firmante a no
tener otras opciones, ¿qué sentido tiene “I’ve got an Iron clad contract with him” (tengo un
contrato férreo)? Piense en ello. En castellano existe la expresión «estar vinculado
mediante contrato». La idea de vínculo es de por sí enormemente gráfica: «vínculo» deriva
del latín «vincoli», cadena. Quien está sujeto a un contrato en realidad lo que se halla es
encadenado.
La mayoría de los abogados saben en su fuero interno que ciertas personas se verán
perjudicadas al suscribir el contrato que han diseñado, pero, lamentablemente, asumen
que todo esto es normal (a ellos les han dicho que es normal en la Facultad de Derecho),
no se detienen a pensar que tal vez están participando en magia oscura, y ayudando a los
magos a realizar hechizos mágicos que atan el LIBRE ALBEDRÍO de otros. Como la
mayoría de los abogados está a muchos pasos de distancia de los mejores magos del
mundo, ellos realmente no entienden que herramientas como la «jerga legal» obedecen a
un propósito mucho más oscuro de lo que creen. Simplemente dejan su conciencia al
margen de su trabajo, porque el dinero que se les paga para ayudar en la realización de
hechizos mágicos es muy tentador (ahora entiende por qué a los abogados se les paga
tan bien).
Bien. ¿De dónde podría haber venido algo tan maquiavélico como la magia de los
contratos, y la entrega del consentimiento? De muy atrás en la historia, de un tiempo del
que nadie se acuerda. Una época en que los seres humanos vivían libremente antes de la
caída y de la gran ESTAFA que se ha adueñado de la Tierra.

(posesodegerasa, con información reproducida textualmente de
http://www.bibliotecapleyades.net/)
http://astillasderealidad.blogspot.de/2015/11/la-esclavitud-mediante-contrato.html